Desde la raíz
Iniciamos el viaje por los mares de Ítaca, porque siempre tengo a Ítaca en mi mente y mientras descubro quién soy, a estas alturas aún del viaje, sé que llegar allí es mi destino.
Déjame contarte que esta conversación empieza hoy y espero que tengamos muchos ratos de ahora en adelante durante esta travesía por los Mares de Ítaca. Quiero hablarte del caos en el que vivo, de los oasis en los que me reencuentro, de la inspiración y la belleza que nos acompaña aunque a menudo las ignoremos.
En mi casa no sólo somos cuatro, también tienen su espacio dinosaurios de todos los tamaños, legos, difraces de superhéroes en los que a veces volvemos a creer y coches, autobuses y excavadoras. Algunos vehículos necesitan un traslado urgente al desguace. Otros pueden ir tirarando con una gota del pegamento que todo lo puede, porque en casa también celebramos los milagros.
Trabajo cuando puedo, perdón, cuando podía. Y lo hacía también desde casa, en mi rincón que es el de los deberes del mayor por las tardes. Sin embargo hoy es mi primer día en el paro y aunque aún esté procesándolo y tratando de lidiar con mis temores, saber que había una gran razón para ello me consuela. Siempre he necesitado tiempo para escribir, siempre queriendo arañar las horas y creyendo mis propias excusas: imposible hoy, mejor mañana. No llegaba. No llego. ¿Alguna vez has tenido la sensacion de ir sobreviviendo en una rueda infinita? Así he vivido mis últimos meses, siempre esperando tener un rato, siempre posponiendo esa idea, esa gran frase que de seguro, mi cabeza albergará con esmero para cuando llegue el momento. Incapaz de parar las máquinas por voluntad propia. Llevaba por la necesidad de hacer lo que debo: te pagan por ello, sigue adelante.
Pero una mañana de febrero recibí la noticia de la empresa para la que trabajaba. No se habían alcanzado los resultados esperados y se veían obligados a reducir su plantilla. ¿Sabes cuál fue mi primer impulso? ¡Sonreír! Sentí una liberación muy contradictoria. Noté cómo mis brazos se alargaban, mi cabeza se expandía y hasta lo más profundo de mí llegó una sensación reconfortante. Por fin, pensé. Hasta aquí. Pero no voy a mentirte: fueron apenas unos segundos hasta que imaginé cómo mi cuenta bancaria iría disminuyendo a medida que pasaran las semanas. El vuelo se cortó y caí en picado: adiós a un sueldo considerable dadas las condiciones tan cómodas en las que trabajaba. No más ingresos a corto plazo; ni a largo en vista de las perspectivas.
Luego el autoconsuelo me facilitó el camino. Necesitaba un empujón, claro que sí chica, como una revelación divina. Yo misma no hubiera tenido el valor de pararme en seco y replantearme mi vida. Quizá a ti también te ha pasado.
Así que con la promesa personal de completar cada uno de los planes con los que fantaseaba cuando no tenía tiempo comienzo esta carta semanal. Cada jueves, si así lo deseas, me encantará poder contarte algo nuevo.
Antes de seguir quisiera presentarme. Entiendo que si no nos conocemos, la idea de mi carta semanal no tiene por qué interesarte en absoluto. Es extraño cómo nos exponemos según la audiencia. Durante años fui Mayte, periodista. Sin más. Después pasé a ser Mayte, española residiendo en Alemania. Más tarde fui Mayte, periodista y española, mamá de Guille. Después mamá también de Elio. Y mucho antes mujer de Jamy. Pero entre todo ello siempre había un hueco en blanco. Periodista me rechinaba a fraude: ejercí el periodismo unos años pero después también la docencia, y el desarrollo web y el marketing para ecommerce por lo que nada se ajustaba realmente a una descripción plausible. ¿Podría ser que nada de eso tenga un verdadero valor como unidad? Sólo ser la mamá de Guille y Elio, tener la suerte de disfrutar de la compañía de Jamy y vivir en Alemania desde 2013 sí definen en gran parte quien soy pero todo lo demás, que hay y mucho, se oculta como las raices de un árbol. Todo lo que soy está ahí abajo y hay que seguir escarbando para comprender la dimensión de una misma. Quizá tú sabes de lo que hablo. - Si es así, déjame tener el honor de contactar contigo cada jueves.
Y ya iremos viendo.
Desde el Sol de Ítaca.



Jueves??? Todavía es lunes! Yo ya no puedo esperar a la siguiente!!
Que gusto leerte ❤️
Muchos ánimos Mayte!! Te seguiremos por aquí